Según su director, Petteri Taalas, esto se debe «inequívocamente a las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas».
Marcada por temperaturas terrestres y oceánicas récords, la década de 2011-2020 fue testigo del aumento incesante de la concentración de gases de efecto invernadero que turboalimentaron la dramática pérdida de glaciares y el aumento del nivel del mar, reafirmó el último informe de la OMM.
El texto se publica cuando en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP28, los países acordaron un nuevo fondo voluntario para pagar a las naciones vulnerables por pérdidas y daños debidos al cambio climático.
De acuerdo con la agenda de la cita climática, en los próximos días se avecinan duras negociaciones sobre los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
El documento de la OMM sobre el estado del clima, presentado en Dubái, reveló que entre 2011 y 2020 más países registraron temperaturas altas récords que en cualquier otra década, también alertó sobre la «transformación particularmente drástica» que se se produce en las regiones polares y de altas montañas.
Los expertos de la agencia medio ambiental de la ONU advirtieron en el texto que las perturbaciones climáticas socavan el desarrollo sostenible, con consecuencias nefastas para la seguridad alimentaria mundial, los desplazamientos y las migraciones.
“Cada década desde 1990, ha sido más cálida que la anterior, y no vemos signos inmediatos de que esta tendencia se invierta», declaró Taalas, y subrayó que se está perdiendo la carrera para salvar los glaciares y capas de hielo que se derriten.
El informe describe un panorama climático sombrío, pero también destaca avances positivos, como los esfuerzos internacionales en el marco del Protocolo de Montreal para eliminar las sustancias químicas que desgastan la capa de ozono, y que han provocado la reducción del agujero en la capa de ozono antártica durante el periodo 2011-2020.
También están los avances en las previsiones, los sistemas de alerta temprana y la gestión coordinada de catástrofes cuya efectividad disminuyen el número de víctimas causadas por fenómenos extremos, aunque las pérdidas económicas aumentan, aseguró la OMM.
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