Bajo el slogan de Luz Verde: ¡Acción!, mañana viernes abrirá sus puertas al mundo el encuentro con lo mejor del séptimo arte de la región, en el cual se homenajeará a este ícono de la cinematografía cubana, al conmemorarse el aniversario 30 del estreno de esa obra maestra, vital en el tiempo por su majestuosidad.
Sobre el filme, codirigido junto a Juan Carlos Tabío, la primera actriz cubana y compañera de vida del prestigioso realizador, Mirtha Ibarra, destacó en exclusiva con Prensa Latina:
«Titón (como era conocido) siempre dijo que una película no tumba a un Gobierno, pero ayuda mucho en la comprensión de los individuos, en la manera en la que pueden admirar o criticar su realidad, y yo creo que Fresa y chocolate fue eso», expresó.
En su opinión, él sabía la importancia que tenía para Cuba, pero no la trascendencia, algo que aconteció de una forma extraordinaria pues, entre sus múltiples reconocimientos, resalta el de ser la primera cinta cubana nominada a los Premios Oscar de 1994, en la categoría de Mejor Película Extranjera.
Ambientada en La Habana de finales de los años 70 del pasado siglo, Fresa y chocolate narra la amistad entre los jóvenes Diego (Jorge Perugorría), un artista homosexual y David (Vladimir Cruz), un estudiante de Ciencias Políticas que mantiene una postura a favor del sistema político.
A pesar de las diferencias personales e ideológicas, ambos fortalecen con el tiempo ese sentimiento de afecto, a la vez que David se involucra en una relación con Nancy (Mirtha Ibarra), amiga íntima y vecina de Diego dedicada a la prostitución.
Gracias a las magistrales interpretaciones de los artistas, del filme quedan en la memoria innumerables momentos, sin embargo, vale la pena resaltar el rostro de Jorge Perugorría cuando abraza a Vladimir Cruz, escena que, según expertos, constituye un ícono del cine cubano de todos los tiempos.
La cinta le valió a Titón y a Tabío en su momento el lauro a Mejor director, otorgado por este festival, en tanto Perugorría e Ibarra conquistaron los apartados de Mejor actor y Mejor actriz de reparto, respectivamente. Además de los galardones que recibieron en importantes festivales internacionales, como el Premio Goya a Mejor película extranjera de habla hispana.
Siempre serán pocos los homenajes dedicados a una obra fílmica y a un realizador que marcaron la memoria del universo cinematográfico, por la manera de llevar la realidad de un país y del ser humano desde una mirada transparente y comprometida con un cine capaz de superar barreras, incluso la del tiempo.
mgt/amr