En las redes sociales, Abad compartió imágenes de la despedida de sus familiares en el Aeropuerto de Quito y declaró emprender esa misión «con mucha ilusión de mejores días para nuestro país».
«No voy a negar que me invade la tristeza por tener que alejarme de mi tierra, mi gente y mi familia, pero ecuatorianos, vienen días mejores», escribió la vicegobernante.
Este jueves, la funcionaria cuestionó su nombramiento como “colaboradora de la paz” y luego como ”embajadora en representación permanente” y preguntó si ejercerá los dos puestos.
En una carta enviada a Noboa, su compañera en el Ejecutivo -con quien evidentemente tiene roces- pidió considerar su situación personal, ya que como madre tiene la tutela de sus hijos.
La semana pasada, cuando el gobernante le asignó como única función ser colaboradora de paz en Israel, la vicepresidenta manifestó su rechazo a ese nombramiento y lo calificó como «violencia contra la mujer», aunque aseguró que cumpliría con la misión.
Posteriormente, el lunes 4 de diciembre, el jefe de Estado emitió otro decreto donde la designa embajadora extraordinaria y plenipotenciaria ante Israel.
Diversas organizaciones políticas y de derechos humanos calificaron la decisión de enviar a Abad a Israel como un hecho inusual en la política exterior de Ecuador y manifestaron que una designación de este alcance, con connotación global debió recaer en una persona de reconocida trayectoria internacional.
Según la segunda del Ejecutivo ecuatoriano, el mandatario simplemente la quiere lejos del país, un distanciamiento que comenzó prácticamente desde que ambos se inscribieron como binomio presidencial de cara a las elecciones extraordinarias celebradas en dos turnos el 20 de agosto y el 15 de octubre de 2023.
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