En declaraciones a la prensa tras su visita a la gobernación de Rafah, el funcionario calificó de alarmantes las acusaciones contra los palestinos y quiénes brindan su ayuda dentro del enclave.
Lazzarini pidió apoyo a los medios a para combatir la desinformación y las imprecisiones, al enfatizar en la necesidad de verificar los hechos.
Tras 69 días de conflicto, la población civil de la Franja está desesperada, padece hambre y permanece aterrorizada, alertó el alto funcionario a los periodistas reunidos en Ginebra.
«En el sufrimiento no hay competencia. En última instancia, en esta guerra no habrá ningún ganador; cuanto más dure, mayor será la pérdida y más profundo el dolor», agregó.
El comisionado de la Unrwa reiteró su llamado a buscar una salida mediante un proceso político adecuado y genuino para poner fin de una vez por todas al conflicto político no resuelto que lleva décadas sin resolución.
«Es hora de que esto se convierta en una prioridad. Paz y estabilidad: eso es lo que la región merece», remarcó.
Al mismo tiempo advirtió de las necesidades cada vez más urgentes de ayuda humanitaria para evitar una profundización de la ya grave situación.
El funcionario describió la desesperación de los habitantes de Rafah, quienes paran los camiones con insumos y comen inmediatamente lo que encuentran «por desesperación total».
«Esto no tiene nada que ver con el desvío de ayuda», insistió.
A juicio del comisionado, sólo un aumento significativo de la ayuda humanitaria al enclave ayudará a evitar la sensación de traición y abandono por parte de la comunidad internacional.
Por su parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió este jueves del impacto de las fuertes lluvias que cayeron ayer sobre Gaza.
Las precipitaciones inundaron muchas de las zonas y empeorando el contexto de los palestinos desplazados.
La capacidad de las Naciones Unidas para recibir ayuda entrante se está viendo significativamente socavada, aseveró hoy el portavoz del secretario general (António Guterres), Sthéphane Dujarric.
En particular, los esfuerzos humanitarios están afectados por la escasez de camiones dentro de Gaza; la continua falta de combustible; y apagones de telecomunicaciones; y el número cada vez mayor de personal que no puede llegar de forma segura al cruce de Rafah debido a la intensidad de las hostilidades.
«Se necesita más ayuda y combustible para entrar en Gaza, pero igualmente se necesita más capacidad en Gaza para manejar la ayuda entrante», reconoció.
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