El primer ministro, Justin Trudeau, pidió a las personas tomar un tiempo para reflexionar sobre los fracasos históricos de la nación y comprometerse a construir una sociedad más justa y equitativa.
Las noticias de los hallazgos en las antiguas escuelas residenciales provocaron un gran revuelo en el país sobre el maltrato a los pueblos indígenas y provocaron que esta fuera una jornada menos festiva de lo habitual.
Si bien las celebraciones presenciales del Día de Canadá se cancelaron por segundo año consecutivo debido a la pandemia de Covid-19, en Ottawa miles de personas marcharon frente al parlamento para exigir una investigación profunda sobre lo ocurrido en los internados.
A finales de mayo, los tk’emlúps te secwépemc, un grupo indígena del oeste de Canadá, encontró los restos de al menos 215 menores enterrados en la antigua residencia escolar de Kamloops.
Luego, la organización Primera Nación Cowessess reportó el descubrimiento de tumbas no identificadas en la Escuela Residencial Marieval, en la provincia de Saskatchewan.
Desde el siglo XIX hasta la década de 1970 se hizo obligatorio en Canadá que más de 150 mil niños de las Primeras Naciones asistieran a centros de enseñanza cristianos, como parte de un programa sin basamento científico para asimilarlos a la sociedad canadiense.
Un informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, publicado en 2015, reportó que al menos tres mil 200 niños habían fallecido en medio de abuso y negligencia.
El documento, de unas cuatro mil páginas, describió la situación como un genocidio cultural llevado a cabo con la complicidad de la Iglesia y el gobierno.
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