La obra ya trae un largo recorrido en certámenes internacionales, anteriormente fue seleccionada para participar en la sección Centrepiece, en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2023.
A la vez, fue elegida para competir en la sección Horizontes Latinos, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2023.
Independiente a los mencionados festivales, «El viento que arrasa» obtuvo este año una nominación al Festival Internacional de Mar del Plata.
El premio que hace pocas horas coronó a esta película es el de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fripresci en francés).
Se trata de la Asociación Internacional de Críticos de Cine y Periodistas Cinematográficos la cual tiene entre sus objetivos promover y desarrollar la cultura ligada al Séptimo Arte, así como, defender los intereses de la profesión y los estándares éticos del periodismo cinematográfico.
En la actualidad, la Fipresci cuenta con alrededor de 300 miembros procedentes de más 50 países y su historia se remonta a 1925 cuando un grupo de periodistas de París y Bruselas fundaron la Asociación Profesional de la Prensa Cinematográfica.
Fipresci reconoce películas y a directores relevantes que suponen un ejemplo emprendedor y este largometraje argentino-uruguayo fue merecedor este viernes del galardón por la enseñanza trasmitida en virtud de las relaciones interpersonales y su apego a creencias mal divulgadas.
De la realizadora Paula Hernández, esta coproducción entre Argentina y Uruguay narra la intringulis de una sociedad movida en ocasiones por un vacío existencial y espiritual, en la cual salen a relucir la vida nómada, el desarraigo de personajes que existen en la vida real, las imposiciones y el fanatismo.
«El viento que arrasa» narra la historia de Leni, quien atrapada por la fe ciega de su padre, el reverendo Pearson, lo acompaña en su misión evangélica, pero un incidente los obliga a detenerse en un taller de autos.
Cuando el predicador se obsesiona con salvar el alma de Tapioca, el hijo del mecánico, Leni se da cuenta de que llegó el momento de tomar su destino.
Relata la avería del automóvil y cómo el suceso deja a un fanático y fervoroso predicador -el pastor protestante Pearson (Alfredo Castro)- y a su hija Leni (Almudena González) en medio de la nada del norte de Argentina, en la provincia de Chaco.
La falla los lleva al lugar de este mecánico, el gringo Brauer (Sergi López) y su hijo Tapioca (Joaquín Acebo), y allí está desarrollada la trama que no, precisamente, se localiza solo en un grandioso espacio físico como es el paisaje de la región, y su descripción e influencia en los personajes, sino, en la dialéctica entre ellos mientras transcurren varias horas en la reparación del auto.
Para el actor español Sergi López (el despiadado capitán Vidal de «El laberinto del fauno»/2006), «la fe se puede vivir sin fanatismo».
Quiero creer eso, declaró López, que se puede divulgar la fe, pero de manera sana, así pienso la película.
La cinta expone también que este poder, el de un cura o quien sale a un espacio público a hablarle a la gente, es decir, con un poder de convicción, debe plantearse en un benificio común, analizó el actor.
Y entonces es cuando hay que ver a favor de quién se predica, a quien va a ayudar esa misión evangélica, en este caso la de la historia: si es en benificio de la fe colectiva, de la salvación de las personas o es para interés propio y aquí entran a jugar los peligros a los cuales conduce el fanatismo, puntualizó el actor.
«El viento que arrasa» se proyectará este domingo a las 15:00 hora local en la sala Yara, de esta capital, aún en el contexto de la 44 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, cita la cual detiene la luz verde y su acción, parafraseando su slogan, para aregresar en diciembre de 2024 por esta misma fecha.
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