De acuerdo con el canal local Al Manar, la artillería israelí apuntó al amanecer a las afueras de las ciudades de Aita Al-Shaab y Ramieh, así como las colinas de Kafr Kila.
Varios proyectiles de las fuerzas de Tel Aviv cayeron en la zona de Hamul, en las cercanías de Naqoura, además del área boscosa entre Ain Abel y Bint Jbeil.
La Agencia Nacional de Noticias informó que la colonia de Al Motila fue atacada por dos misiles desde territorio libanés y un proyectil de artillería isrealí impactó en Tal Nahas.
Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) más de 64 mil personas fueron desplazadas del sur de Líbano debido a la agresión israelí.
Las incursiones de las fuerzas israelíes causaron daños a la propiedad privada y a la infraestructura pública de la nación levantina, así como a las tierras agrícolas tras los incendios provocados por el efecto de los proyectiles.
En su última actualización, OCHA indicó que los desafíos operativos y de seguridad afectaron a más de 50 escuelas públicas en áreas fronterizas y cerca de siete mil estudiantes interrumpieron su educación.
Al respecto, la Oficina mencionó obstáculos preexistentes como los costos relacionados con la educación (transporte, material escolar), que impiden a los padres enviar a sus hijos a la centros mientras están desplazados por el conflicto.
En este escenario, seis centros de atención primaria de salud permanecen cerrados en los distritos sureños de Marjayoun y Bent Jbeil.
Con la intensificación de los bombardeos, el acceso operativo de los actores humanitarios está restringido dentro de la franja de siete kilómetros de la zona más alta a lo largo de la Línea Azul.
Sobre este tema, OCHA reconoció la disminución de la capacidad de las comunidades para acceder a bienes y servicios esenciales, además de las dificultades de los pobladores para satisfacer su artículos básicos en la zona directa del conflicto y en los lugares de desplazamiento.
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