El nuevo estadio de Wembley, parte del proyecto para organizar los Juegos Olímpicos de Londres 2012, será el escenario absoluto de las semifinales y final del torneo continental, con Italia, España y Dinamarca de protagonistas, al lado de Inglaterra.
Para los anfitriones, se trata de un paso mayúsculo en la configuración de un equipo que desde buen tiempo buscar retornar a los planos estelares del balompié. Hace más de cinco décadas, en 1966, Bobby Moore levantó la Copa del Mundo en tierras londinenses.
Aquel triunfo en 1966 en tiempo extra frente a Alemania 4-2, justamente en el antiguo Wembley, se fue quedando añejo con el transcurso de los años.
Sólo en 1997 el éxito de los ingleses de David Beckham en Le Tournoi de France, contra los galos, Italia y Brasil, le dio algún respeto el elenco de ‘la rosa’.
Paradójicamente, los clubes de la Premier han sido bastante exitosos en las competiciones de la región, tanto en la Champions como en la Europa League.
El martes, Wembley recibirá al primer duelo de semifinales, Italia-España, el próximo martes, con la balanza inclinada a los Azurri, que, salvo ligeros contratiempos ante Austria, navegaron en aguas expeditas.
Un día más tarde, Inglaterra, con la inmensa mayoría del público a su favor, chocará con el rocoso Dinamarca. Pero es claro el vaticinio que se inclina sin discusión hacia los locales.
Italia es tal vez el equipo más sólido de la Eurocopa de Fútbol, con un estilo de juego diferente que ya no apuesta al esquema defensivo del pasado del catenaccio.
Irregular, pero con jugadores de talento, España puede dar batalla con los Busquets, Ferrán, Gerard y Morata frente a los Insigne, Barella, Inmobile y Bonucci.
Del otro lado, Sterling, Kane, Sancho, McGuire y Walker, conforman un plantel ofensivo pero a la vez el único sin permitir goles en la Eurocopa. Difícil tarea para los daneses de Dolberg, Braithwaite, Delany y Schmeichel.
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