Los trabajadores humanitarios elevaron la alerta luego de confirmar que más de un millón de personas buscan seguridad en la ya superpoblada Rafah, con cientos de miles durmiendo a la intemperie con ropa inadecuada para protegerse del frío.
La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa) y el Programa Mundial de Alimentos advirtieron sobre la amenaza de hambruna y enfermedades en esas zonas densamente pobladas, donde decenas de miles de personas han huido de las intensas campañas de bombardeos en el norte y el centro de la Franja.
Según sus informes, la población civil no come lo suficiente, en particular los adultos, quienes padecen hambre para priorizar la alimentación de los niños.
Los menores desnutridos permanecen más expuestos mientras que la mitad de la población de Gaza se muere de hambre, dijo la Unrwa al citar las últimas evaluaciones sobre inseguridad alimentaria.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió de un «riesgo inminente» de brotes de enfermedades transmisibles, una situación que empeora a causa del hacinamiento.
De acuerdo con ese organismo, desde el inicio de la crisis, se registraron 179 mil casos de infección respiratoria aguda, 136 mil 400 de diarrea entre menores de cinco años, 55 mil 400 de sarna y piojos y cuatro mil 600 de ictericia.
Las autoridades sanitarias del enclave calculan en más de 22 mil los palestinos muertos como resultado de los ataques de Israel, más de 200 de ellos solamente durante la primera semana del 2024.
En tanto, la OMS estima que otras siete mil personas desaparecieron o quedaron sepultadas bajo los escombros, mientras que 600 personas han muerto en casi 300 ataques contra la infraestructura sanitaria tras los ataques del 7 de octubre.
Desde el inicio de la crisis, cerca de 52 mil embarazadas han dado a luz a una media de 180 bebés cada día mientras que mil 100 pacientes necesitan diálisis, 71 mil padecen diabetes y 225 mil requieren tratamiento para la hipertensión.
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