La autodenominada Resistencia Islámica en Iraq, aliada de Damasco en la lucha contra el terrorismo y la ocupación, reivindicó la acción y aseguró que los vehículos aéreos dieron en el blanco asignado.
Este ataque ocurre pocas horas después de otro similar contra la base ilegal del Pentágono establecida en el yacimiento petrolífero de Al-Omar en la provincia siria de Deir Ezzor, y un día después de que otros cuatro enclaves fueron también bombardeados con cohetes y drones en las provincias nororientales sirias de Hasakeh y Deir Ezzor.
Estas acciones, según afirma la mencionada entidad de resistencia, forman parte de su enfoque basado en la lucha contra las fuerzas ocupantes estadounidenses en Iraq y la región, y en respuesta a las masacres de Israel contra el pueblo palestino en Gaza.
Un funcionario estadounidense reveló recientemente a la cadena de televisión Al-Mayadeen, con sede en Líbano, que las tropas estadounidenses han sido atacadas en más de 118 ocasiones.
Washington mantiene unas 15 bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas, en su mayoría se centran en los campos petrolíferos.
Entretanto, la presencia norteamericana en Tanef busca cortar comunicación entre Siria, Iraq e Irán, países que conforman el eje de resistencia contra Estados Unidos en la región.
Siria denunció repetidamente esta presencia, la que calificó de ocupación, y aseguró que la actuación de los militares estadounidenses en el territorio nacional incentiva la actividad terrorista y apunta a desestabilizar el país y saquear sus riquezas.
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