El 2 de julio de 1986, Rojas y Carmen Gloria Quintana participaban en Santiago de Chile en una protesta contra la dictadura de Augusto Pinochet cuando fueron interceptados por una patrulla militar, que los golpeó, los roció con combustible y los quemó.
Carmen Gloria logró salvarse, con graves secuelas, pero Rodrigo falleció el 6 de julio de ese año. Ambos se convirtieron en símbolos de las violaciones de los derechos humanos.

El crimen provocó una honda conmoción no solo en este país, sino también en el mundo, y pasó a la historia como el Caso Quemados.
La víspera, al fin se hizo justicia, cuando la Corte Suprema condenó a Julio Ernesto Castañer, Iván Humberto Figueroa, Nelson Fidel Medina y Pedro Fernández Dittus a 20 años y un día de presidio como autores del delito de homicidio calificado consumado en el caso de Rojas y de homicidio frustrado en la persona de Carmen Gloria.

La Justicia ordenó al fisco a pagar compensaciones económicas a las familias de las víctimas.
“Estoy muy agradecida de que finalmente mi hijo pueda descansar en paz. Ojalá todas las madres, hijas, hermanas y sobrinas de los detenidos desaparecidos puedan decir lo mismo”, expresó De Negri vía zoom desde Estados Unidos, donde vive exiliada.
mem/car
















