Oficiales del ejército, citados por varios medios, indicaron que al menos más de 20 terroristas fueron eliminados y otros 40 resultaron heridos por los ataques contra las sedes de la llamada Junta para la Liberación del Levante, otrora Frente Al-Nousra, grupo proscrito en la lista del terrorismo internacional, en la meseta de Al-Zawya, al sur de la provincia septentrional de Idlib.
Otras posiciones de los grupos Partido de Turkestán y Ansar Al-Tawhid fueron atacados con misiles y artillería pesada en las proximidades de las localidades de Al-Qasr, Kafr Ama, Kafr Taal y Al-Atareb, al oeste de Alepo.
En la provincia nororiental de Deir Ezzor, intensos bombardeos de los aviones de combate de Rusia y Siria apuntaron contra las fortificaciones y escondites de grupo Estado Islámico, Daesh en árabe, en la zona de Jabal al-Bashri, en el desierto occidental de esta gobernación.
Moscú y Damasco intensificaron sus ataques a blancos de agrupaciones extremistas, que escalaron sus agresiones tanto en el desierto como en el noroeste del país contra comunidades civiles y posiciones militares.
El Ejército nacional logró durante sus operaciones en el 2020 liberar el 56 por ciento de Idlib, pero los radicales controlan aún menos de la mitad, donde retienen a cientos de miles de civiles como escudos humanos.
A petición de Damasco, Rusia envió en 2015 fuerzas a Siria para contribuir a la lucha contra el terrorismo, las cuales se concentran principalmente en la base aérea de Hemeimem y en la naval de Tartous, en el Mediterráneo oriental.
jha/fm