Durante cinco semanas en el enclave bajo asedio, el coordinador de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Sean Casey, testimonió a través de las redes sociales el colapso médico como enviado del ente, mientras su equipo entregaba suministros y evaluaba las condiciones en las instalaciones sanitarias.
En declaraciones a la prensa en la sede de las Naciones Unidas, Casey describió el contexto en la Franja como una catástrofe humanitaria simultánea en desarrollo.
Cada día empeora más la situación y el colapso del sistema de salud con el cierre de hospitales, la huida de los trabajadores sanitarios y el continuo flujo de víctimas, advirtió.
Al mismo tiempo, existen obstáculos para la entrada de medicamentos, suministros médicos y carburante para hacer funcionar los generadores de energía, mantener las luces encendidas y las máquinas en funcionamiento.
A pesar del complejo contexto, la OMS continúa sus esfuerzos para entregar medicinas críticas, consumibles médicos y combustible a los hospitales en funcionamiento, aseveró.
Además, el organismo trata de incorporar trabajadores de la salud, médicos y enfermeras adicionales para satisfacer la enorme demanda de pacientes traumatizados, pero también de otros con cualquier otra presentación clínica.
Casey describió el panorama desolador del que fue testigo en el Complejo Médico Al-Shifa, la institución de salud más grande de Gaza, y el Hospital Al-Ahli.
Vi personas en el suelo, tantos que apenas podías moverte sin pisar las manos o los pies de alguien, mientras otros yacían en los bancos de la iglesia, básicamente esperando morir en un hospital que no tenía combustible, electricidad o agua, recordó.
“Todos los días veía pacientes en los hospitales con quemaduras graves, con fracturas abiertas, esperando horas o días para recibir atención, y muchas veces me pedían comida o agua”, lamentó además.
A juicio de Casey, esto demuestra el nivel de desesperación ante el acceso a la atención médica y los insumos más básicos de la vida.
Lo único que podría cambiar esta situación es un alto el fuego para el mayor acceso humanitario, una mayor capacidad de trasladar personas y suministros de forma segura y rápida así como habilidades para salvar vidas, enfatizó.
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