Aunque en números totales, 56 mil 601, estos procesos de insolvencia volvieron a los niveles anteriores a la crisis sanitaria, lo que sí se constató el pasado año fue un aumento significativo de pequeñas y medianas empresas implicadas en estos casos, lo que supone un impacto mucho mayor en el empleo que en años anteriores, señaló el documento.
La cifra de trabajadores amenazados es un tercio mayor que en 2019 y un nivel al que no se había llegado desde al menos 2016, cuando el BPCE estableció su metodología de cálculo basada en datos de los tribunales comerciales.
Para explicar estos incrementos, el grupo bancario consideró que las ayudas estatales en los años posteriores a la pandemia propiciaron un nivel mucho más bajo de insolvencias, pero también cuestiones como el aumento del coste de financiación para las empresas como consecuencia de la subida de los tipos de interés.
Para 2024, los economistas de BPCE no esperan un «escenario catastrófico», pero el número de insolvencias aumentará hasta 62 mil, en torno a la media de los años 2010-2015, y algunos sectores podrían verse especialmente afectados, como el inmobiliario y el de la construcción, debilitados por unos tipos de interés persistentemente elevados, aseguraron.
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