De acuerdo con la agencia Anadolu, en la votación participaron 346 diputados (de 600), de los cuales 287 apoyaron la solicitud sueca, 55 se opusieron y cuatro más se abstuvieron.
Sin embargo, el líder del partido Vatan, Dogu Perincek, calificó la aprobación del proyecto como una traición a la nación, y el mero análisis de esta cuestión en una votación, como un crimen.
Por su parte, el representante del partido Seadet, Mustafa Kaya, afirmó que la situación actual se convirtió en una trampa, pues la adopción de tal decisión, contraria a los intereses de Türkiye, no afectará la actitud de Suecia hacia el país otomán.
Tales argumentos no convencieron a los demás diputados y apoyaron la decisión tomada a finales de diciembre por la Comisión de Asuntos Internacionales, la cual solo entrará en vigor después de que el presidente Recep Tayyip Erdogan firme el decreto correspondiente.
Finlandia y Suecia solicitaron unirse a la alianza en mayo de 2022, pero solo la nación finesa no enfrentó ningún obstáculo al convertirse en abril de 2023 en el miembro número 31 del bloque militar.
En cuanto a Suecia, su entrada en la alianza se vio obstaculizada por su actitud amistosa hacia los kurdos, en particular los miembros del PKK, muchos de los cuales tiene refugio en este reino, mientras son considerados por Ankara como responsables de actos terroristas.
Por otra parte, hay que recordar la quema del Corán en la embajada turca en Estocolmo en enero de 2023, pues ese incidente complicó seriamente las relaciones entre los dos países.
Actualmente, el único país del que depende ahora la entrada de Suecia en la OTAN es Hungría, un asunto que se espera sea examinado durante la sesión de primavera del Parlamento, al encontrarse los diputados de vacaciones de invierno.
El día en que el legislativo turco votó sobre la entrada de Suecia en la alianza atlántica, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, invitó a negociar a su homólogo sueco, Ulf Kristersson.
Como escribió en la red social X el líder magiar, el objetivo de estas negociaciones debería ser la adhesión de Suecia a la OTAN.
En la primavera de 2023, el portavoz del gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, señaló que Estocolmo socavaba constantemente las relaciones con Budapest y se consideraba por encima de los demás, sin mostrar respeto.
Así el político se refirió a llamamientos del primer ministro sueco a apoyar a la oposición húngara, a la propuesta de la ministra de Asuntos de la Unión Europea, Jessica Rosewall, de dejar de transferir ayuda a Hungría y a las acusaciones de violación del Estado de derecho.
Recientemente, los medios suecos publicaron un vídeo que se mostró en escuelas del reino y en el que se criticaban las políticas de las autoridades húngaras y se afirmaba que la democracia estaba dejando de existir poco a poco en este país.
El canciller magiar, Peter Szijjártó, consideró ese hecho de inaceptable y estimó que no ayudaba a acelerar la ratificación de las aspiraciones de Suecia.
También el presidente del Parlamento húngaro, Laszlo Köver, expresó sus dudas sobre si Budapest debería ratificar esta solicitud.
Por otra parte, resulta interesante que en la propia Suecia ya no quieran tanto unirse al bloque noratlántico.
De acuerdo con una encuesta en el país escandinavo, el 57 por ciento de los encuestados tiene una opinión positiva de la pertenencia del reino a este bloque militar.
En julio del año pasado, esta cifra era del 65 por ciento, mientras los expertos ven esto relacionado con el desvanecimiento del conflicto ucraniano en los medios y una mayor atención a la crisis en Medio Oriente.
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