Como resultado, 13 personas murieron y 56 resultaron heridas, 21 de ellas de gravedad, en lo que debería haber sido un lugar seguro, aseguró en rueda de prensa Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
Tras el ataque de ayer se negó además el acceso al lugar a las ambulancias y a los equipos de emergencia de la agencia, señalaron los reportes de la Unrwa divulgados aquí.
El casi colapso del sistema de salud y la falta de atención del trauma en la ciudad de Khan Younis están haciendo que la situación humanitaria sea cada vez más intolerable e intensa, alertó el vocero.
Ese fue el tercer golpe directo en este complejo donde cerca de 43 mil desplazados internos permanecen registrados.
Los edificios que enarbolan la bandera de la ONU fueron alcanzados al menos dos veces por el fuego de los tanques, sin previo aviso.
Dujarric recordó que Naciones Unidas comparte la ubicación de sus refugios directamente con las autoridades israelíes mientras que el organismo recibió garantías de que las personas dentro de sus instalaciones estarían a salvo.
«La ONU sigue pidiendo a todas las partes que tomen todas las precauciones para reducir al mínimo los daños y proteger a los civiles y los bienes, especialmente en zonas densamente pobladas, y a proteger hospitales, clínicas, personal médico y locales de las Naciones Unidas de conformidad con el derecho internacional», remarcó el portavoz.
Los intensos combates cerca de los hospitales restantes en Khan Younis, entre ellos Nasser y Al Amal, rodearon esas instalaciones, dejando a un aterrorizado personal, pacientes y desplazados atrapados en el interior, dijo por su parte el coordinador de Asuntos Humanitarios para Palestina, Thomas White.
La situación en la urbe confirma el fracaso en la defensa de los principios fundamentales del derecho internacional humanitario: distinción, proporcionalidad y precauciones en los ataques, agregó el representante en un comunicado.
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