Las cajas negras encontradas en el lugar del accidente: “un dispositivo de registro de parámetros de vuelo y una grabadora de voz a bordo fueron llevadas a un laboratorio especial para su examen. Su estado técnico es bueno y apto para descifrar”, afirmaron los expertos.
El 24 de enero, las Fuerzas Armadas de Ucrania derribaron un avión de transporte militar ruso Il-76 sobre la región de Belgorod, el cual transportaba a 65 prisioneros ucranianos para su intercambio, además de una tripulación de seis miembros y tres escoltas.
Antes del accidente, el ejército ruso registró el lanzamiento de dos misiles antiaéreos desde el territorio de la región de Járkov.
El ministerio de Defensa subrayó que Kiev conocía el transporte de militares ucranianos para el canje que se celebraría más tarde en la frontera entre las regiones de Bélgorod y Sumy .
Por su parte, el Kremlin calificó de acto monstruoso el asesinato de sus propios ciudadanos del gobierno de Volodimir Zelenski, “que se suponía regresarían a casa en unas pocas horas”, agregó.
Mientras tanto, el presidente de la Duma Estatal (Cámara baja de la Parlamento ruso), Viacheslav Volodin, ordenó preparar un llamamiento al Congreso de los Estados Unidos y al Bundestag, ya que Washington y Berlín suministran los sistemas de misiles antiaéreos Patriot e Iris-T a Ucrania.
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