Este martes, el secretario general, António Guterres, se reunió en un encuentro privado con representantes de 35 países y la Unión Europea, contribuidores del que es considerado un salvavidas para la población civil en el enclave.
Ante el riesgo de poner en pausa la labor de la Unrwa, la reunión se centró en divulgar las medidas adoptadas para hacer frente a las acusaciones contra una docena de sus funcionarios, señalados por Israel como participantes en las acciones del 7 de octubre al sur de esa nación.
De acuerdo con la enviada humanitaria de Naciones Unidas para Gaza, Sigrid Kaag, no existe ninguna organización competente para reemplazar o sustituir la capacidad, habilidad o conocimiento de la Unrwa.
La también excanciller holandesa consideró vital su papel tras informar por primera vez al Consejo de Seguridad sobre su gestión, iniciada a principios de enero y centrada en llevar más ayuda a la Franja.
Luego de las consultas a puertas cerradas con el ente de 15 miembros, Kaag dijo que el mecanismo aprobado para aumentar la entrada de insumos vitales al enclave aún tiene algunas cuestiones de «importancia crítica» que resolver.
«No se trata de contar camiones. Se trata de volumen, calidad, velocidad y entrega continua de bienes humanitarios y comerciales para llegar a los civiles», agregó a los medios reunidos.
A pesar de estos esfuerzos, los señalamientos a Unrwa significan un riesgo potencial para la capacidad operativa, luego de que sus principales socios, entre ellos, Estados Unidos, Canadá, Australia y varias naciones europeas, anunciaran una pausa en su financiación.
La falta de fondos está afectando las vidas porque eso es lo único que está en juego, advirtió al respecto la enviada humanitaria.
Por su parte, el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, confirmó la víspera que Israel no ha entrado a la ONU el dossier con las supuestas evidencias.
“Obviamente hemos visto los informes en la prensa, pero tan pronto como recibamos algo, actuaremos en consecuencia”, aseguró el vocero al insistir que ni siquiera la Unrwa había revisado directamente la investigación compartida el viernes con funcionarios de Estados Unidos.
Dujarric consideró importante el despliegue de una investigación «exhaustiva, impecable y rápida» para tranquilizar a todos sobre el trabajo de la Agencia.
«Mientras tanto, queremos que cesen los combates. Queremos que los rehenes sean liberados y queremos que la ayuda humanitaria pueda llegar de forma sistemática», instó.
Las dudas con el financiamiento amenazan con empeorar la ya terrible situación de más de dos millones de civiles en Gaza, quienes enfrentan hambre, mala salud y amenaza de muerte por la propagación de enfermedades infecciosas, una advertencia elevada por la Organización Mundial de la Salud.
La comunidad internacional se distrae de lo que realmente sucede cada día, cada hora, cada minuto en la Franja, dijo el martes su portavoz, Christian Lindmeier.
“Es una distracción de las más de 27 mil muertes que hay ahora mismo, de las cuales el 70 por ciento son mujeres y niños”, consideró.
Se trata, remarcó, de una distracción para impedir que toda una población tenga acceso a agua potable, alimentos y refugio; y para impedir que la electricidad llegue a Gaza durante más de 100 días.
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