La funcionaria advirtió sobre la grave la situación sanitaria en el enclave costero y la rápida propagación de epidemias entre la población civil, que sufre por el desplazamiento y los ataques del Ejército.
Al-Kaila calificó de catastróficas las condiciones de salud allí como resultado de la aguda escasez de personal de salud, equipos y medicamentos.
Esos centros médicos, que operan por debajo de sus capacidades, no son suficientes para satisfacer las necesidades del pueblo palestino en Gaza, afirmó la titular, quien resaltó que la mayoría de las clínicas de atención primaria no están funcionando.
Hay 325 albergues para los refugiados, de los cuales solo 150 tienen un punto de salud, los 175 restantes carecen del servicio, subrayó.
La ministra reveló que más de mil 100 miembros del personal médico de la Franja de Gaza murieron o resultaron heridos desde el inicio del nuevo ciclo de violencia.
También alertó sobre el impacto de la descomposición de los cuerpos bajo los escombros porque constituye un desastre ambiental que ayuda a propagar epidemias.
Asimismo, criticó la decisión de varios países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, de suspender sus fondos al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (Unrwa).
La decisión fue adoptada tras conocerse la supuesta participación de 12 de los 13 mil empleados de la Unrwa en la operación de Hamas contra Israel el 7 de octubre.
Tanto la ONU como esa agencia reclamaron a Washington y sus socios a no cortar las asignaciones y anunciaron una profunda y rápida investigación sobre el tema.
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