Durante un diálogo con el periódico local Al Akhbar, el vicejefe del movimiento político y militar enfatizó: “con el cese de la agresión israelí en Gaza, el frente en el Líbano se detiene automáticamente”.
A propósito, expresó que la Resistencia libanesa no forma parte de la discusión en curso para alcanzar un alto al fuego en Gaza y refrendó el apoyo a los combatientes y al pueblo palestino.
En medio de amenazas extranjeras, Qassem comentó que las negociaciones para el fin de la guerra es un asunto puramente palestino y la cuestión del sur tiene sus propios mecanismos, posiciones y pasos.
Subrayó que la Resistencia está lista para responder a cualquier ataque israelí, por muy generalizado que sea, y la amenaza de guerra y su expansión no cambian las convicciones hacia el país y la causa palestina.
A casi cuatro meses de la operación Diluvio de Al-Aqsa, el dirigente de Hizbulah consideró un error discutir la batalla desde la perspectiva de la guerra de aniquilación lanzada por el ente israelí respaldado por Estados Unidos y sus brutales efectos.
En este contexto, manifestó que la epopeya palestina expuso la debilidad del régimen de Tel Aviv, incapaz de sobrevivir durante días sin el apoyo de Washington y occidente en todos los campos.
Al mismo tiempo, Estados Unidos será menos atractivo y la influencia de su guerra blanda se debilitará, y “seremos testigos de movimientos, organizaciones y asociaciones que exigirán una reconsideración de las posiciones de varios países árabes e islámicos hacia los palestinos y el futuro de la región”.
En este sentido, puntualizó que Diluvio de Al-Aqsa demostró la credibilidad de las posiciones del Eje de la Resistencia en apoyo de la causa palestina y la capacidad de disuadir a Israel.
La batalla del 7 de octubre contribuyó a elevar el perfil de la causa palestina y logró importantes pasos hacia su liberación a cambio de la debilidad estadounidense e israelí para influir aún más en los pueblos, agregó.
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