Considerada el principal actor humanitario en la Franja, la Unrwa atiende las colosales necesidades humanitarias de más de dos millones de personas en el asediado enclave, con más de tres mil empleados sobre el territorio.
Sin embargo, la falta de fondos podría terminar con su labor, luego de las acusaciones de las autoridades israelíes que vinculan a 12 de sus empleados con las acciones de Hamas, el pasado 7 de octubre.
Tras la divulgación de los informes, los principales socios de la Agencia, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Australia y varias naciones europeas, anunciaron una pausa en su financiación.
La decisión de suspender las contribuciones financieras supone un riesgo para la supervivencia de la mayoría de la población en el enclave, de acuerdo con el alto comisionado de la Unrwa, Philippe Lazzarini.
“Sus condiciones humanitarias están empeorando a medida que continúa la guerra y el acceso humanitario sigue en gran medida restringido”, alertó el representante en un comunicado.
Entre otros obstáculos, los palestinos continúan padeciendo los desplazamientos masivos, hacinamiento, falta de alimentos y acceso a servicios de salud, propagación de enfermedades y cortes de internet.
Esta semana, decenas de miles de personas fueron obligadas a desplazarse hacia el sur debido a los bombardeos y combates en Khan Younis durante la última semana, dijo Lazzarini en un comunicado divulgado el viernes.
A esto se suman más de 1,4 millones de personas hacinadas en la gobernación sureña de Rafah, donde la mayoría de ellas vive en estructuras improvisadas, tiendas de campaña o al aire libre.
Esa demarcación fronteriza con Egipto se ha convertido en un mar de personas que huyen de los bombardeo, lamentó por su parte Thomas White, director de Asuntos de la Unrwa en Gaza y coordinador humanitario adjunto de la ONU para el territorio palestino ocupado. La mayoría de los que huyen de Khan Younis ya fueron desplazados varias veces y muchos se ven obligados a abandonar el refugio más grande de la Agencia: el Centro de Capacitación de la urbe.
Mientras tanto, el personal de Unrwa, obligado a huir de sus hogares, continúa entregando alimentos y tiendas de campaña a los nuevos desplazados a su alrededor.
«Es difícil imaginar que los habitantes de Gaza sobrevivan esta crisis sin la Unrwa», dijo White sobre el organismo considerado la columna vertebral de las operaciones de ayuda humanitaria.
En tanto, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió la víspera que miles de palestinos continúan huyendo a Rafah, donde la mayoría permanece en estructuras improvisadas, tiendas de campaña o al aire libre.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) estima que al menos 17 mil niños en la Franja están solos o separados de sus familias, lo que representa el uno por ciento de la población total desplazada.
El conflicto ha tenido graves repercusiones en la salud mental de los niños, alertó el organismo al considerar que casi todos los menores de Gaza necesitan algún tipo de apoyo psicosocial o de salud mental.
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