De acuerdo con la Unctad, las flotas pesqueras mundiales, envían a la atmósfera entre el 0,1 y el 0,5 por ciento de las emisiones globales de carbono, o hasta 159 millones de toneladas anuales.
Este sector, continúa, es crucial para los medios de vida de más de 40 millones de personas en el mundo, y también afronta las vulnerabilidades al cambio climático como el aumento del nivel del mar y el calentamiento de las aguas que ponen en peligro las poblaciones de peces.
Especialmente, en los países en desarrollo con prevalencia de la pesca artesanal en pequeña escala. Sin embargo, la industria pesquera carece de metas y directrices mundiales amplias para la transición a una energía más limpia, subraya el organismo.
El texto alerta sobre las oportunidades y los desafíos en la adopción de combustibles alternativos, y destaca la necesidad de garantizar una transición energética que no afecte desproporcionadamente a los países o comunidades pesqueras vulnerables.
Algunos de los combustibles alternativos, evaluados por la investigación, son los biocombustibles verdes. Aunque el informe reconoce al hidrógeno verde y amoníaco verde, sugiere mayores investigaciones para abordar la seguridad, escalabilidad, rentabilidad, capacidad de almacenamiento de buques y puertos, y la infraestructura de entrega.
En el caso del metanol verde y el gas natural licuado, señala los desafíos en términos de adaptación y seguridad, con un potencial limitado para descarbonizar completamente las flotas.
La Unctad también esboza otras formas de reducir las emisiones de los buques pesqueros, como los motores eléctricos e híbridos, las tecnologías de propulsión eólica y las tecnologías digitales para mejorar la eficiencia energética.
Estas son opciones a abordar desde un enfoque equilibrado y gradual, con la adopción paulatina de una combinación energética sostenible para mitigar los efectos en las comunidades pesqueras marginadas y en las comunidades pesqueras marginadas, destaca la entidad.
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