La Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros y el Club de Prisioneros Palestinos alertaron en un comunicado conjunto sobre el incremento de los abusos en esos centros penitenciarios.
Muchas medidas punitivas fueron reforzadas, lo cual aumentó el sufrimiento de los detenidos, señalaron.
Entre ellas citaron la política de aislamiento, intensificada a un ritmo sin precedentes, que incluyó el decomiso de radios, televisores y el fin de las visitas familiares.
En la prisión de Damon, donde están recluida 45 mujeres palestinas, las féminas fueron trasladadas a otra sección, donde no pueden comunicarse entre sí y están más aisladas porque las ventanas de las celdas están cubiertas con plástico, explicaron.
Los detenidos también se enfrentan a la política de hambruna tras la reducción de los volúmenes de alimentos que reciben a diario, lo cual provocó un deterioro de sus condiciones de salud, subrayaron.
Ambas organizaciones advirtieron que la reciente muerte en la prisión de Ofer de Muhammad al-Sabbar es una muestra más de la mala praxis médica en esos centros, donde las autoridades se niegan a brindar una mínima atención de salud.
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