Se trata de una celebración originaria de India y que su diáspora mantiene viva en lugares tan lejanos como esta nación del Caribe, donde constituye el 18 por ciento de los más de 1,5 millones de habitantes.
Según recordó Pundit Navin Omadath Maharaj, líder espititual de la localidad de Munroe Road Shiv Mandir, el evento también se denomina Saraswati Jayanti y por todo el país las familias hacen un alto para acudir a los templos, depositar ofrendas de frutas y dulces, y rezarle a la deidad.
Algunos optan por venerar a la diosa en casa e implorarle porque ayude a los académicos, alumnos y artistas para lograr un mejor desempeño en sus deberes.
En tanto, las escuelas realizan múltiples rituales con la idea de bendecir los útiles escolares de los niños, adolescentes y jóvenes que están cerca de presentarse a exámenes.
“Saraswati representa a todas las formas de conocimiento que existen, incluido las Vedas (las escrituras hindúes)… también influye sobre las artes y las ciencias, la facultad de hablar y el sonido”, indicó Maharaj en entrevista con el diario Trinidad Express.
A la diosa –amplió- se le viste de blanco para ilustrar la pureza y lleva muchos instrumentos como símbolo de los elementos positivos.
Este festival por lo general acontece entre enero y febrero de cada año, pero la actual edición coincide con el carnaval de Trinidad y Tobago, que tiene a gran parte del país en pleno jolgorio.
No obstante, el líder religioso descartó interrupciones en su celebración y auguró que será otro momento sagrado y de comunión entre hindúes de todas las generaciones.
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