Rafah alberga a más de 1,3 millones de personas, incluidos trabajadores humanitarios, allí las familias están atrapadas sin acceso a la atención médica o a los alimentos a medida que aumenta la violencia, subrayó en un comunicado la organización no gubernamental Acción contra el Hambre.
La mayoría de la población tiene poco o ningún acceso a suministros básicos, resaltó el grupo.
Noelia Monge, jefa de Emergencias de Acción contra el Hambre, advirtió que de continuar la escalada de violencia en Rafah deberán detener sus actividades, lo cual será fatal para los gazatíes.
La falta de agua potable adecuada y saneamiento seguro ya provocó brotes de enfermedades en la urbe, incluido más de 161 mil casos de diarrea, 85 mil de ellos en niños menores de cinco años.
Nuestra labor “ya está sufriendo graves limitaciones en Gaza debido a la falta de seguridad, acceso, suministros y espacio para operar”, alertó la organización no gubernamental.
Todo lo que no sea un alto el fuego inmediato y un aumento masivo de la ayuda sería un fracaso histórico en la protección de los civiles en los conflictos armados, recalcó.
Ante tal situación, llamamos al mundo a adoptar medidas para proteger a los civiles, asegurar la entrega de la ayuda humanitaria y evitar repercusiones aún más graves de esta crisis, indicó.
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