Ese país, como potencia ocupante, debe garantizar y satisfacer las necesidades básicas de los gazatíes, recordó la organización de socorro en un comunicado difundido aquí.
Afirmó que “el derecho internacional humanitario prohíbe ciertas acciones, entre ellas el desplazamiento forzado, el uso de escudos humanos y los ataques indiscriminados o que causen muertes, lesiones y destrucción desproporcionadas de civiles”.
La entidad alertó que una ofensiva terrestre del Ejército contra la superpoblada zona sur de la Franja de Gaza provocará graves consecuencias.
Las declaraciones e informes oficiales israelíes, así como los continuos ataques militares, indican que se está desarrollando una nueva fase del conflicto y es fundamental proteger las vidas de los civiles, recalcó.
“Incluso en medio de la carnicería y la polarización extrema, se debe defender el principio fundamental de la humanidad”, destacó.
Al respecto, señaló que tras cuatro meses de bombardeos, más de un millón de personas se desplazaron a la región meridional de Gaza, en torno a la ciudad de Rafah.
Allí más de 1,5 millones de ciudadanos viven en apenas 60 kilómetros cuadrados, lo cual representa menos 20 por ciento de la tierra del enclave costero, indicó.
Hoy en día, Rafah está tan superpoblada que las personas desplazadas buscan desesperadamente cualquier espacio libre para levantar una tienda de campaña rudimentaria, apuntó.
El CICR denunció que la mayoría de ellas no llegaron directamente a Rafah, sino que fueron desplazadas dos, tres y hasta cuatro veces.
Hay falta de alimentos, agua potable, saneamiento, atención médica y seguridad, a lo cual se suman el estrés y el miedo constantes, lamentó.
El organismo también exigió la entrada a Gaza de un mayor volumen de ayuda humanitaria.
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