Por todos los rincones de la centenaria fortaleza, ubicada en un bello sitio a orillas del mar, se pueden ver a adolescentes y niños con libros en sus manos, tomándose selfies, y disfrutando de la fiesta de las letras.
La gran carpa en medio de la plaza de armas de La Cabaña congrega a visitantes llenos de juventud, atraídos por los títulos puestos allí en venta a precios más asequibles.
El entorno les regala a los visitantes nacionales y extranjeros un viaje gratuito a través del tiempo y las centurias con solo mirar la enorme edificación de piedra y los cañones gigantescos, con montañas de municiones que parecen salidas de un filme fantástico.
Y a apenas unos metros está el pabellón de Brasil, país invitado de honor a esta edición de la Feria, que hace las delicias de los lectores con sus libros ilustrados y una pléyade de autores de renombre cuyas obras trascendieron las fronteras del gigante sudamericano para alcanzar fama internacional.
Frei Betto, Ailton Krenak, Chico Buarque, Machado de Assis, Monteiro Lobato, Jefferson Tenorio, Jorge Amado, y tantos más, obsequian la vista y los sentidos mediante las ediciones en español exhibidas en el estand brasileño, que siempre tiene jóvenes interesados en su literatura.
Hasta el domingo 25 de febrero estarán abiertas las puertas de la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana en La Cabaña y las 17 subsedes que este año funcionan en la capital cubana.
Están representados en el magno evento de las letras más de 45 países y un cifra superior a los tres millones de libros fueron puestos a disposición del público.
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