Según reportes de medios locales de prensa, el filme dirigido por los panameños Luis Pacheco y Luis Franco Brantley cuenta con más de una veintena de profesionales de la industria del entretenimiento y el cine locales en su equipo de realización.
Protagonizada por los artistas nacionales Arian Abadi y Patricia de León, la cinta narra, desde distintas perspectivas, las historias acaecidas en la nación istmeña el 20 de diciembre de 1989, tras la agresión protagonizada por el ejército estadounidense.
Como parte del proceso de filmación, ocurrido en 2018 principalmente en el capitalino barrio de El Chorrillo, trabajaron más de 14 mil panameños de manera directa e indirecta durante seis semanas.
Sobre el estreno de la película en Netflix, Abadi declaró que sin duda es un gran logro porque permite darle visibilidad al talento local a nivel mundial, además de demostrar que el cine potencia las industrias creativas.
Operación Causa Justa, código que identificó esta acción militar, fue la cinta seleccionada por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Panamá para representar al país centroamericano en la última edición de los premios Oscar en la categoría de Mejor película extranjera.
A juicio de Pacheco, ‘el objetivo principal es mantener viva esa historia para que no se olvide. No es una cosa que se deba dejar a un lado. Todavía hay una cantidad de temas pendientes por cerrar, sobre todo para las víctimas y sus familiares’.
El pasado año el Consejo de Gabinete aprobó declarar el 20 de diciembre como Duelo Nacional, en homenaje a las víctimas de la invasión, ‘una de las heridas más profundas en la memoria de los panameños’, según el académico Juan Planells, quien encabeza la Comisión que investiga la verdad de los hechos.
La ocupación estadounidense tuvo lugar en las provincias de Panamá y Colón entre el 20 de diciembre de 1989 y el 31 de enero de 1990 bajo la presidencia de George W. Bush (padre), con el supuesto propósito de capturar al fallecido general Manuel Antonio Noriega y desmantelar las Fuerzas de Defensa del país istmeño.
Sin embargo, este suceso todavía guarda muchos enigmas como el número exacto de civiles y militares muertos y desaparecidos, porque los agresores se negaron a ofrecer documentación que permita esclarecer lo ocurrido.
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