Este cargo sustituye al de intendente, que era designado directamente por el Gobierno, y resulta significativo que de los electos, solo uno procede del oficialismo, el resto son de fuerzas de oposición o independientes, en lo que analistas señalaron en su momento como una fuerte derrota de la derecha.
A diferencia de los intendentes, que constituían un eslabón de mando del gobierno central prácticamente sin autonomía alguna, los gobernadores tendrán entre sus prerrogativas administrar los recursos asignados a la región y establecer políticas públicas acordes con los intereses territoriales.
Además, podrán promover y aprobar programas de desarrollo, fomentar actividades productivas e incluso elaborar una política de ciencia, tecnología e innovación a tono con las necesidades y características de su territorio, e impulsar planes locales para enfrentar la pobreza.
No obstante, en cuanto a la disponibilidad de recursos dependerán económicamente del Ministerio de Hacienda y otros organismos.
Además deberán compartir autoridad con el correspondiente ‘delegado presidencial’, que precisamente fueron designados la víspera por el mandatario Sebastián Piñera y coinciden, menos uno, con los intendentes que estuvieron en funciones hasta hoy.
Además llegan a esta fecha en medio de roces con el gobierno, luego que la pasada semana la Dirección de Presupuestos del Gobierno les recortara por decreto más de mil 400 millones de pesos (casi dos millones de dólares).
Esto causó tal escozor entre los nuevos gobernadores que finalmente La Moneda debió dar marcha atrás a la medida y asegurar que los nuevos cargos contarán con los recursos necesarios para desempeñar sus labores.
Además llegaron a sus puestos reclamando que el Congreso Nacional tramite a la mayor brevedad los proyectos vinculados a los gobiernos regionales y al mismo tiempo participar ellos en esos debates.
mem/rc