En el propósito de contribuir al logro del objetivo de 1,5 grados fijado por el Acuerdo de París, Europa debe reducir las emisiones en al menos un 65 por ciento hacia 2030, respecto a los niveles de 1990, superando con creces el 55 por ciento exigido por la legislación europea, explicó en un comunicado Legambiente, la principal asociación ambientalista del país.
La decisión pasa ahora al Consejo y al Parlamento y en ese camino, según la asociación, ‘necesitamos hacer más’.
El texto cita un comentario de Stefano Ciafani, presidente nacional de ese ente, para quien la nueva propuesta será la que ponga a prueba el liderazgo europeo en la acción global contra la emergencia climática.
Necesitamos una primera señal importante ya en los próximos meses de cara a la Conferencia del Clima (COP26) el próximo noviembre en Glasgow, expresó Ciafani, para la cual una ‘contribución importante puede y debe provenir de una revisión ambiciosa de los objetivos actuales.
A juicio de Legambiente la nueva legislación debe aumentar los objetivos actuales de reducción de emisiones respecto a 2021 y para 2025 debe pasar del 15 al 25 por ciento como mínimo, y al 2030 debe elevarse al 65 por ciento del 37,5 actual, lo cual permitirá estar en línea con los objetivos del Acuerdo de París.
‘Junto con objetivos más ambiciosos, instó Ciafani, es esencial que se establezca una fecha de eliminación gradual para los automóviles tradicionales y se extienda una amplia red de infraestructuras de recarga.
A partir de 2035, añadió, ningún vehículo con motor térmico debe venderse en toda Europa, lo que permitirá a países más avanzados como Italia anticipar la prohibición de la venta de vehículos de gasolina y diésel para 2030.
Un desafío que Europa puede y debe vencer si quiere contribuir seriamente a hacer frente a la emergencia climática ‘, expresó.
El documento de Legambiente citó el último Informe sobre la brecha de emisiones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) el cual destacó que la acción climática actual nos está llevando hacia un alarmante calentamiento global de 2,5 grados para finales de siglo, incluso con nuevos compromisos recientes.
Cruzar el umbral de 1,5 a finales de siglo tendrá efectos devastadores en el ecosistema global y en las generaciones futuras, advirtió.
jcm/smp