Según informó el secretario de Estado para esa provincia del Reino Unido, Brandon Lewis, la propuesta será discutida con los partidos políticos norirlandeses y con el gobierno de Irlanda antes de ser presentada en otoño en el Parlamento.
Lewis argumentó que el sistema actual para juzgar los crímenes cometidos durante los enfrentamientos que dejaron más de tres mil 500 muertos no está funcionando, y que al ritmo actual tomaría 20 años más a la policía investigar todos los casos.
Si no actuamos ahora para abordar y reconocer de forma adecuada el legado del conflicto, estaremos condenando a las generaciones actuales y futuras a una mayor división, impidiendo la reconciliación tanto a nivel individual como de la sociedad, afirmó.
El ministro admitió que para algunos será difícil aceptar el fin de los juicios, pero afirmó que la decisión no fue tomada a la ligera.
Los principales actores políticos del conflicto armado que enfrentó a unionistas y republicanos hasta la firma de los acuerdos de paz en 1998, y los familiares de las víctimas, acusaron al gobierno conservador de pretender imponer una amnistía solapada.
El Partido Unión Democrática afín a Londres quiere, por ejemplo, que se exonere solamente a los soldados británicos, mientras que su némesis política, el Sinn Fein, exige que los militares sean juzgados por los crímenes que cometieron.
El Partido Laborista opinó, por su parte, que la idea de amnistiar a los unionistas y republicanos sin el apoyo de las organizaciones políticas norirlandesas es tonta e insostenible.
Los familiares de los miles de víctima que dejó el conflicto armado durante más de 30 años exigió al gobierno que haga valer sus derechos a través de investigaciones efectivas e imparciales.
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