En un comunicado emitido por la Cancillería, el Ejecutivo bolivariano indicó que la administración chilena actúa al margen de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, se hace cómplice de las acciones violentas contra el pueblo venezolano y ratifica su poco interés en la paz y la estabilidad de la nación sudamericana.
El otorgamiento de asilo político al opositor Graterón se hizo público a escasas horas de la reunión sostenida en Washington entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el canciller chileno, Andrés Allamand.
‘La eficiencia en el cumplimiento de las órdenes recibidas en ese encuentro, queda públicamente comprobada minutos más tarde’, denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela.
Asimismo, ratificó el compromiso del Estado venezolano de garantizar la paz y la seguridad en todo el territorio nacional, a pesar de las agresiones violentas planificadas e impulsadas fuera de sus fronteras.
El Gobierno bolivariano presentó evidencias que vinculan a personeros de la extrema derecha con ataques perpetrados en días pasados contra objetivos civiles y policiales por estructuras del crimen organizado del suroeste de Caracas, las cuales fueron desarticuladas por los organismos de seguridad.
De acuerdo con las autoridades, los planes desestabilizadores incluyeron nuevos intentos de magnicidio contra el mandatario Nicolás Maduro, mediante el empleo de técnica aeronáutica (drones) y francotiradores durante actos conmemorativos celebrados el 22 de junio en Carabobo y el 5 de julio en Caracas, respectivamente.
Las acciones violentas contaron con la planificación del prófugo Leopoldo López desde Madrid, a través de instrucciones giradas a miembros de la organización extremista Voluntad Popular, entre ellos el citado Emilio Graterón.
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