Akhudzada se mostró decididamente a favor de una solución política, más allá de los avances y las victorias militares de su formación en los últimos dos meses, en coincidencia con la retirada paulatina de tropas de Estados Unidos y la Alianza Atlántica de esta nación.
En lugar de contar con los foráneos, debemos resolver nuestros problemas entre nosotros y salvar a la patria de la crisis, afirmó el dirigente talibán, cuyos representantes y funcionarios del gobierno afgano realizan conversaciones en Doha, reportó la prensa local.
Desde el inicio el pasado 1 de mayo de la salida de fuerzas de ocupación norteamericanas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de Afganistán, el movimiento talibán tomó el control de 130 centros de distrito, sobre todo, en el norte.
En febrero del pasado año, el mencionado movimiento rebelde pactó con Estados Unidos la retirada de sus uniformados y de la OTAN que atacaron este país en octubre de 2001 con el anunciado pretexto de acabar con la jefatura de la agrupación extremista Al Qaeda.
Las conversaciones interafganas carecieron de algún avance en los últimos diez meses, mientras que la evacuación de las fuerzas norteamericanas de esta nación debe concluir el 31 de agosto venidero.
En medio de un visible estancamiento en las pláticas en Doha, Akhudzada consideró que para lograr un avance el Gobierno debe admitir la demanda talibana de un sistema islámico puro, para entonces aceptar todos los derechos y exigencias legales del ejecutivo afgano.
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