En una larga entrevista publicada por el diario La Jornada, el secretario de Relaciones Exteriores dijo que, por eso, el presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, suspender las medidas que impiden a Cuba comerciar normalmente con el mundo desde hace casi 60 años.
El siguiente paso es ver qué respuesta tiene Estados Unidos y en función de eso ajustar nuestra ruta, señaló el funcionario
Respecto al cuestionamiento del mandatario a la Organización de Estados americanos (OEA) y la necesidad de eliminarla, Ebrard dijo que lo visto en la pandemia de la Covid-19 es que ni siquiera se ha pronunciado sobre la situación.
Según su actitud, ni siquiera hubiéramos votado en la ONU la resolución del acceso universal a la vacuna. No es un tema técnico, es un tema político central. Es por eso que ahora somos muchos los que nos hacemos la pregunta ¿para qué sirve?
Yo diría que la OEA está en bancarrota moral, pero también política. Ha llegado el momento de plantearnos la construcción de algo nuevo.
Respecto a disturbios en Cuba dimensionados por la prensa internacional, el canciller dijo que ha visto situaciones más graves en Chile, Colombia, Perú, Ecuador y lo raro sería que en Cuba no ocurrieran, sobre todo con una situación más difícil.
Lo sensato es que no hubiera un bloqueo para que fueran los cubanos los que decidan qué ruta quieren tomar en su sistema, pero el bloqueo se vuelve el principal obstáculo.
Al recordar el acercamiento con Cuba propiciado por Barack Obama, dijo éste argumentó que Estados Unidos llevaba 50 años haciendo lo mismo sin éxito, y era hora de cambiar su receta. Hoy es quien fuera su vicepresidente, el que retoma la vieja receta, apostilló.
Históricamente, expresó el secretario, las sanciones han demostrado ser un error. Primero, es éticamente cuestionable. Es una forma de intervención directa que casi nunca ha tenido resultados, pero termina provocando mucho sufrimiento.
Parte de la idea de provocar el máximo sufrimiento a una población con tal de lograr que determinado gobierno se debilite. ¿Eso ha funcionado en algún lado? No veo dónde, indicó.
Yo esperaría, añadió, que pronto logremos, si no persuadir al presidente Biden, por lo menos acercar las posiciones y sentimientos de América Latina y el Caribe con su Gobierno.
Nos gustaría otro curso de acción. Y no hablo únicamente de México, hablo de un consenso en la región. Sería no sólo un gesto hacia Cuba, sino a toda una zona, afirmó.
¿Cómo actuar?, se preguntó. Primero, que nos vean juntos. Segundo, que nos vean votando juntos, como nos vieron este año en la Asamblea General. Tercero la propuesta que hizo López Obrador el sábado en Veracruz. El siguiente paso es ver qué dice Estados Unidos y en función de eso ajustar la ruta.
Tiene sentido lo que dice el presidente de México: si pensamos que vamos hacia una nueva correlación de fuerzas geopolíticas en el mundo, no podemos seguir pensando como hace 70 años. Vamos a ver qué dicen Estados Unidos y Canadá, todavía no ha habido una reacción, concluyó el canciller.
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