Aunque el interés por anticipar los intereses de los espectadores no es un asunto reciente, el surgimiento y puesta en práctica de aplicaciones digitales genera expectativa en el escenario actual, mientras museos, galerías y artistas se arman de esas herramientas.
Investigadores del Instituto Tecnológico de California, conocido como Caltech exhiben, por estos días, los resultados de un programa de computadora que calcula los valores asociados a determinadas características de piezas pictóricas y su influencia a la hora de decidir cuánto agrada una obra de arte en particular.
Detalles publicados en la revista Nature Human Behavior refieren que el proyecto puede predecir con éxito los conceptos personales y subjetivos asociados a la creación artística, en tanto posibilita pronosticar que otras piezas pueden entrar en la gama de preferencias del público.
Con una muestra de mil 500 voluntarios, el sondeo se basó en los atributos visuales de una pintura y los dividió atendiendo a sus características formales como contraste, saturación, tono, dinamismo.
Al otro lado del Atlántico, otro estudio desarrollado por la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico Sostenible de Italia, reveló la posibilidad de conocer de antemano qué buscan los espectadores en el arte.
Conocido como ShareArt, el sistema que pone de manifiesto la relación arte-tecnología, monitorea la apreciación y el uso de las obras por los visitantes de un museo gracias a la inteligencia artificial y las aplicaciones de big data.
La iniciativa incluye la creación de una base de datos, la cual permitirá mejorar las exhibiciones de los museos a partir del análisis del comportamiento de los visitantes, reacciones, tiempo de apreciación de la obra, rangos de edad y género.
Sin lugar a dudas, la tecnología entró en el terreno de la creación para quedarse, su presencia ha diseñado nuevas pautas para acercarse a los usuarios y replantear la puesta en escena de una pieza en particular.
Precisamente, durante la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de la Covid-19, esta tendencia ha cobrado auge no solo en las artes visuales, sino en todo el panorama de las industrias culturales, tomando como centro internet.
Conciertos virtuales, espectáculos de realidad aumentada, shows a través de videojuegos u hologramas, recorridos por galerías y museos desde la comodidad del hogar, exposiciones interactivas, festivales en streaming, entre disímiles propuestas figuran en el amasijo de experiencias nutridas por los avances científicos.
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