De acuerdo con el director general de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos Residentes en el Exterior, Ernesto Soberón, la posible participación en procesos de desarrollo socioeconómico en la nación abre una puerta en los vínculos entre la isla y los radicados en otras latitudes.
Precisó que las iniciativas pueden estar relacionadas con el sector privado, proyectos de desarrollo local e intercambios de cooperación.
De igual forma, el funcionario recordó que la gente mira a las remesas no solo en su uso tradicional de comprar bienes y servicios, sino como la posibilidad de invertir en un negocio que genere ingresos para la familia en Cuba.
No obstante, aún falta crear las bases legales y considerar otra serie de cuestiones necesarias para una implementación efectiva de todo ese proceso, reconoció Soberón a la publicación OnCuba.
‘En todo eso se está trabajando, más allá de la manipulación sobre el tema que siempre va a haber por parte de determinados medios y sectores’, aseveró.
Sin embargo, apuntó el diplomático, si bien para que alguien invierta en un país debe llevar dinero, mercado o tecnología, la principal dificultad, no solo para los cubanos, sino para todo el mundo, es lograr transferir el efectivo a la nación caribeña debido a la permanencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos.
Igual sucede para el caso de las remesas y su posible uso en emprendimientos, destacó.
‘Si el Gobierno norteamericano obstaculiza estos envíos, si impide que llegue el dinero, ya ese es otro problema para la comunidad cubana que no depende de lo que pueda hacer Cuba. Eso es responsabilidad de Estados Unidos’, enfatizó.
En este sentido, Soberón calificó de absurdo al discurso que pretende acusar a La Habana con ese tema y decir que la limitación de las remesas se debe a que el Gobierno antillano se queda con ellas o con una parte.
Al final, la permanencia de las medidas coercitivas de Washington solo busca crear dificultades, malestar social y el descontento de las personas, remarcó.
Desde hace casi seis décadas, la Casa Blanca aplica a Cuba un bloqueo económico, comercial y financiero que reportó pérdidas superiores a los 147 mil 853 millones de dólares.
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