El primero en emitir la señal de alarma fue el capitalino Hospital General San Juan de Dios, afectado por brotes internos de la Covid-19 y una ocupación de camas que rebasa la capacidad instalada.
Su director, Gerardo Hernández, pidió apoyo a los cuerpos de socorro para durante 48 horas referir a pacientes a otros centros asistenciales a fin de reorganizar sus servicios, aunque aclaró que no cerrará la Emergencia.
Debido al aumento de casos, el San Juan de Dios se encuentra por arriba del 100 por ciento de su ocupación y detectaron casos de coronavirus en otras áreas, explicó Hernández, quien suspendió las visitas a pacientes de las zonas no Covid-19 para evitar más infectados.
‘Esperamos que la población nos ayude, les estamos clamando para que tengan las medidas de prevención. No salgamos, no nos expongamos’, reflexionó en conferencia de prensa.
Desde el Ministerio de Salud, el viceministro de Hospitales, Francisco Coma, reiteró que la situación actual es muy compleja en los centros asistenciales, una opinión similar a la que ofreció en conferencia de prensa el pasado sábado, cuando anunció que casi todos los municipios del país están en rojo, alerta máxima Covid-19.
Coma detalló que hay muchos casos ingresados por alguna patología o accidente y cuando le realizan el hisopado resultan positivos a Covid-19, de ahí su llamado a trabajar en equipo y buscar los mecanismos para ir habilitando la atención de estos pacientes.
Después de una semana con cifras por encima de cuatro mil diarios y la confirmación la víspera de la presencia aquí de la variante delta del coronavirus SARS-CoV-2, mucho más contagiosa, los reclamos se centran en agilizar la vacunación antiCovid-19, pues solo 375 mil 810 personas cuentan con el esquema completo.
En medio de este repunte, el debate oscila entre quienes piden al Gobierno restricciones más duras para limitar la movilidad y otros, mayor responsabilidad ciudadana en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad establecidas.
Los primeros alertan que el sistema de salud de Guatemala no está preparado para una cepa tan agresiva como la delta y con un personal agotado por tantos meses de enfrentamiento sin condiciones ni salarios adecuados.
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