De acuerdo con el estudio realizado por la Universidad Atlántica, de Florida, la mujer recibió el inyectable a las 36 semanas de gestación y luego su hija nació con inmunoglobulinas IgG, uno de los cinco anticuerpos que el organismo fabrica para defenderse de algunos patógenos.
Los investigadores explicaron que con una muestra de sangre del cordón umbilical inmediatamente después del nacimiento y antes de la salida de la placenta con 0,5 ml extraídos para el suero, hicieron la prueba de anticuerpos contra la proteína Spike del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
El resultado fue la detección de anticuerpos de sangre inmunoglobulina G a un nivel de 1,31 unidades por mililitro.
Los especialistas señalan que la vacunación materna contra la influenza y la TDaP (tétanos, difteria, tos ferina) ha sido ‘bien’ estudiada en términos de seguridad y eficacia para la protección del recién nacido mediante el paso de anticuerpos por la placenta y esperan suceda lo mismo contra la Covid-19.
Refieren que existe una necesidad urgente de investigación con respecto a la seguridad y eficacia de la vacunación contra el SARS-CoV-2 durante el embarazo.
‘Aún se desconoce la eficacia protectora en los recién nacidos y el momento ideal de la vacunación materna por lo cual es importante realizar más estudios para cuantificar la cantidad y duración de anticuerpos neutralizantes virales presentes en los bebés’, concluyeron.
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