El diario The Hill al abordar los resultados de dos atentados ocurridos la víspera en la terminal aérea y sus alrededores fue categórico al afirmar que ‘el horror en Kabul es un desastre político para Biden’.
El presidente prometió que Estados Unidos no sufriría un ‘momento Saigón’ al retirarse de Afganistán pero la realidad demostró ser aun más sombría, remarcó la publicación.
Los atentados cometidos el jueves en los alrededores del aeropuerto de Kabul son una tragedia humana. También son una catástrofe política para el mandatario, son valoraciones que comentan las principales cadenas de televisión y medios de prensas como The New York Times y The Washington Post.
La acción atribuida al Estado Islámico, que reivindicó la autoría de los atentados, fue detonante para que los republicanos arrecieran sus críticas contra el presidente demócrata, e incluso, algunos piden su dimisión.
El pueblo estadounidense estuvo ampliamente de acuerdo con la decisión de poner fin a la guerra en Afganistán, que está a punto de cumplir 20 años y es la más larga de la historia del país, precisa The Hill.
Pese a que la retirada de suelo afgano fue pactada por el gobierno de Donald Trump, nada de eso exime a Biden de la responsabilidad de una retirada que es, desde cualquier punto de vista razonable, una debacle, aseguró Niall Stanage, un analista de The Hill.
Los acontecimientos de las últimas semanas quedarán grabados en la memoria pública a través de una serie de imágenes espantosas de afganos desesperados aferrándose a un avión militar estadounidense en rodaje en una pista, y algunos cayendo de él poco después del despegue, entre otras, apuntó.
Advirtió Stanage que alcanzar la retirada el 31 de agosto puede implicar navegar por nuevos horrores.
La promesa de la Casa Blanca de tomar represalias por los atentados pareció vacía ante la proximidad de su propio plazo de retirada, apuntó.
Una posible victoria de Washington con la evacuación de personas se desvaneció en el polvo de los atentados del aeropuerto, indicó el análisis, mientras los republicanos están intensificando sus ya vigorosas críticas al demócrata.
El senador Lindsey Graham (republicano de Carolina del Sur) quiere que el presidente sea destituido, algo improbable pero que de cierta forma trata de fijar la idea de un mandatario débil al frente del país.
Hasta hace unas semanas, Biden mantuvo unos índices de aprobación decentes y estables, obteniendo un amplio respaldo a su respuesta a la pandemia del Covid-19 pero, Afganistán, al parecer opaca su desempeño y da armas a sus adversarios rumbo a las elecciones de medio término de 2022.
Hay muchos observadores políticos que dudan de que sea un tema importante dentro de seis meses, y desde luego no en las elecciones de mitad de mandato previstas para noviembre de 2022.
Sin embargo, es igual de plausible que el caos de Kabul deje una mancha de debilidad e incompetencia en la Casa Blanca de Biden que no se borrará pronto, si es que lo hace.
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