Decretado por el Gobierno hace dos semanas y sometido a examen previamente por el Legislativo en tres ocasiones, pero sin llegar a votación, el pasado lunes tuvieron que reunirse de nuevo por mandato de la Corte de Constitucionalidad (CC) para tomar una decisión definitiva.
El máximo tribunal conminó a los diputados a aprobar, modificar o improbar el polémico acuerdo 6-2021 en una sola sesión y con mayoría simple de votos, es decir, 81.
Ante la resolución de la CC y en busca de obtener los votos a favor del oficialismo que antes le fueron esquivos, la Junta Directiva abrió el debate con varias horas de retraso -una práctica ya común-, y presentó un proyecto de precedente para definir el modo en que asumirían el procedimiento.
Sin embargo, una mayoría de bancadas razonaron su voto en contra del mismo, al considerarlo muy peligroso para futuros exámenes de leyes en el Congreso, además de sumar más incertidumbre, como expresó Ramón Castellanos, del Movimiento Semilla.
En nombre del también partido de oposición Winaq, Adam Pérez cuestionó también el fallo de la CC, que a su juicio ‘manoseó varios artículos de la Constitución y se excedió en sus funciones, al pretender tomar decisiones competentes al Legislativo’.
Por su parte, el diputado Edgar Batres, también de Winaq, cuestionó la efectividad de esta medida del Ejecutivo, la cual contenía un toque de queda mayoritariamente en horas de la madrugada, que no resuelve la crisis sanitaria en estos momentos.
Ante argumentos mayoritariamente en contra, la propuesta recibió solo el apoyo de 51 diputados de 157 presentes, una asistencia récord en el Hemiciclo como resultado de los términos, incluidos los judiciales, en que la CC se pronunció si incumplían su resolución.
Como debían sesionar sin descanso hasta llegar a un acuerdo, la Junta Directiva pidió un receso de 20 minutos en medio de gritos de los presentes por irrespetar al designio del pleno y cortar la palabra de sus miembros, en tanto la transmisión por el canal informativo se quedó muda.
Luego de un segundo intento de presentar otro proyecto a modo de dilación, se impuso el criterio de pasar definitivamente a votar el Estado de Calamidad, el cual quedó sepultado con el respaldo de 103 de los 107 legisladores presentes en horas de la madrugada del 26 de agosto.
El tablero envió un mensaje al presidente Alejandro Giammattei, quien por primera vez no pudo pasar otro Estado de Calamidad, considerado una puerta abierta para compras del Estado sin transparencia, a juicio de los parlamentarios.
El no rotundo llegó en un momento crítico para el país, con casos diarios de la Covid-19 por encima de los cinco mil y un sistema hospitalario colapsado en sus capacidades, en cuanto a camas y recursos humanos.
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