En la cancha del estadio Camp Nou, el plantel local volvió a tener como héroe al número nueve, cuya personalidad y accionar levanta el ánimo de los aficionados blaugranas que, empero, sufren el poco brillo en el juego colectivo de la tropa de Ronald Koeman.
Poco antes del debut de su exestrella Lionel Messi con el club francés París Saint-Germain, el polifuncional Sergi Roberto inauguró la pizarra en el minuto dos, después de conectar de forma positiva un pase cruzado de Jordi Alba desde la zona izquierda.
Por cosas del destino (y el fútbol), un par de exponentes surgidos en La Masia -escuela de formación del Barça-, Sandro Ramírez y Carles Aleñá, colocaron contra las cuerdas a los catalanes en una instalación deportiva que conocen a la perfección.
Ramírez (12) igualó las cifras en el marcador tras una pérdida de balón del veterano Sergio Busquets, correctos trazos de sus compañeros y asistencia de Aleñá antes de la caída del arco defendido por el alemán Marc-André ter Stegen.
Entonces, Depay (30), recién llegado al equipo ibérico luego de brillar en el Lyon, sacó de problemas a los suyos con su segunda anotación en la joven campaña, justo como lo hizo el pasado fin de semana al marcar el empate en casa del Athletic de Bilbao (1-1).
Así, de manera provisional, Barcelona aparece con siete puntos en la cima de la tabla, igualado con Real Madrid, Sevilla, Valencia y Mallorca, a la espera de la presentación del Atlético de Madrid, monarca defensor y dueño de puntaje perfecto en sus dos primeras apariciones, de la mano del técnico argentino Diego Pablo Simeone.
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