Durante dos días de aplicación del arreglo, unos 250 armados se entregaron, de los cuales sólo algunos depusieron sus armas, en los centros de reconciliación establecidos por el ejército en diferentes barrios de la cabecera provincial, indicó un oficial a la agencia nacional SANA.
Agregó que la cantidad de armamento entregado es insignificante e incluyó sólo piezas de armas individuales, y al mismo tiempo el número de radicales es mucho mayor y disponen de gran cantidad de armas, algunas medianas y pesadas.
Reveló que la decisión de los radicales de interrumpir el proceso de paz se produjo después de que la embajada de Estados Unidos en Damasco publicara en su sitio web unas declaraciones al respecto que fueron interpretadas como órdenes instructivas.
Asimismo, los extremistas reanudaron sus ataques contra civiles y militares, y en las recientes horas se reportó la muerte de dos civiles en una incursión con armas de fuego en la localidad de al-Naimah, cerca de Deraa.
Integrantes de agrupaciones ilegales comenzaron el miércoles último la entrega de sus armas al ejército sirio después de que dignatarios de Deraa y representes de los irregulares anunciaron el alcance de un acuerdo que estipula el cese al fuego.
El pacto incluye también la entrega de armas al Ejército y el traslado de los terroristas que se niegan a la reconciliación, hacia el norte de Siria.
A pesar de la intransigencia de los extremistas y de sus repetidas provocaciones y constantes ataques contra civiles y militares, la comandancia del Ejército sirio optó desde mediados del 2018 por el diálogo y las negociaciones para llegar a un arreglo por mediación de Rusia.
Tales acciones buscan evitar una operación militar de destrucción, pérdida de vidas humanas y desplazamiento de los civiles que los radicales toman como escudos humanos.
Deraa fue supuestamente libre del terrorismo en el verano de 2018 tras un proceso de reconciliación patrocinado por Moscú.
En ese entonces los extremistas entregaron sus armas medianas y pesadas, sin embargo, los ataques continuaron por parte de grupos remanentes que rechazan la reconciliación.
Como consecuencia murieron 260 integrantes del ejército y la policía, 19 alcaldes y 120 civiles, así como otros 500 pobladores y soldados resultaron heridos.
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