De manera oficial, el Día de la Ciudad se celebra el primero o el segundo sábado de septiembre y este 11 de septiembre fue la fecha elegida, aunque el jolgorio será tímido por las amenazas latentes de la Covid-19. No obstante, fueron anunciados conciertos, eventos culturales y festivales florales en numerosos parques, museos y centros de exposiciones.
Según historiadores, el nombre de Moscú proviene del río que la atraviesa. Se desconoce la fecha exacta en que fueron echados sus cimientos, solo que la primera referencia sobre su existencia aparece registrada en 1147, en una de las crónicas del Códice de Hipacio.
Cuenta que el príncipe Yuri Dolgoruki de Rostov invitó al príncipe Sviatoslav de Novgorod a reunirse con él en aquel lugar, donde nueve años después ordenó construir una empalizada que rodeara la incipiente ciudadela.
Entre los años 1237 y 1238, el asentamiento fue incendiado y saqueado por la invasión mongola a Rusia, pero pronto sus fuerzas lideraron el combate contra las hordas y después de su derrocamiento se convirtió en el centro del Gran Principado de Moscú.
Con una posición favorable a la cabecera del río Volga, Moscovia, como además se le conoció, se transformó en un lugar próspero y en 1314 comenzó la construcción del Kremlin.
Ya desde principios del siglo XIV, la residencia de los grandes príncipes fue ubicada en Moscú. Incluso cuando en el siglo XVIII la capital se trasladó a San Petersburgo, los emperadores todavía eran coronados aquí. Su desarrollo sucesivo, la sostuvo como capital del reino, del imperio, de la Unión Soviética y de la actual Rusia.
En la actualidad, con sus cerca de 12,5 millones de habitantes, es considerada la ciudad más poblada de Europa. También la más verde del planeta, con 20 metros cuadrados de árboles y arbustos por persona y el 54 por ciento de su superficie cubierta por parques y jardines públicos, reconoció este año el WorldAtlas.
Moscú crece entre añejas y modernas construcciones, símbolos de la pujante economía del país. También es la vitrina de nuevos adelantos: el inicio de la conexión 5G en zonas céntricas o de las primeras pruebas de reconocimiento facial en algunas estaciones del Metro.
Este último es otro de los tantos orgullos arquitectónicos de los moscovitas: para los más sensibles, una gigantesca obra de arte subterránea; a la vez que para algunos, es el lugar donde son más visibles los contrastes sociales.
Por sus bellas estaciones y trenes deambulan mendigos, no desaliñados como en otras naciones pobres, no en las cantidades que avergüenzan a otros países, pero mendigos al fin, porque igual piden dinero o ayuda para comer o atender un enfermo.
Menos visibles son los multimillonarios que residen aquí, siendo este el cuarto emporio del mundo en ese apartado y el primero del Viejo Continente, según la publicación Forbes.
Alguna gente los considera rara avis, porque solo aparecen en revistas y en la televisión, pueden ser imaginados en los penthouses de los rascacielos de Moscow City, o tras los cristales de sus lujosos Bugattis, Roll Royce, Lamborghinis, Ferraris.
Moscú está en la lista de los asentamientos más caros para los empleados extranjeros, aunque suena contradictorio, porque la habitan más de un millón de inmigrantes y solo una quinta parte es legal, señala el Departamento del Trabajo de la alcaldía citadina.
Sin embargo, este día, nativos y foráneos, legales e ilegales, salieron a celebrar el aniversario de la urbe, para los más ancianos, todavía, la capital del pueblo soviético.
El homenaje ocurre a dos días que el jefe del Departamento de Salud del gobierno capitalino, Alexei Jripun, advirtiera sobre una ‘probabilidad alta’ de que ocurra una próxima cuarta ola de contagios por el coronavirus SARS-CoV-2.
La alerta es dura para esta ciudad, donde ya fallecieron más de 27 mil 935 personas a causa de la pandemia, entre los cerca de un millón 583 mil enfermos.
Así y todo, la ciudad del Kremlin, de la Tumba del Soldado Desconocido, del Mausoleo de Lenin y de la Plaza Roja; inmortalizada en canciones, poemas, perfumes, novelas y filmes, este sábado celebra, pero no cree en lágrimas.
msm/mml
