Según un reportaje titulado ‘El mayor asesino de Nueva Orleans no fue el huracán. Fue el calor’, Ida dejó por varios días sin servicio eléctrico a esa urbe del sureño estado de Luisiana.
La afectación provocó que los residentes vulnerables quedaran en apartamentos con temperaturas sofocantes durante varias jornadas. Solo ahora, cuando se restablecen los servicios de energía en Nueva Orleans, las autoridades descubrieron el verdadero costo del huracán Ida, apuntó el periódico.
A diferencia del noreste, donde muchos perecieron a causa de las inundaciones remanentes del fenómeno hidrometeorológico y los tornados, el calor se reveló como la mayor causa de decesos en esa urbe.
Muchos se preguntan si el gobierno o los propietarios de los apartamentos podrían haber hecho algo más para proteger a los residentes de edad avanzada, a menudo solos, en hogares con un calor extenuante.
Uno de los fallecidos –señaló el Times- fue Iley Joseph, quien quedó atrapado en su apartamento en un tercer piso -demasiado alto para inundarse- de un edificio moderno, pero convertido en una trampa cuando el apagón cubrió a Nueva Orleans.
Sin aire acondicionado ni ascensores disponibles, Joseph permaneció encerrado en el edificio porque sus problemas de salud le impedían utilizar las escaleras.
En Nueva Orleans, las autoridades instalaron centros de refrigeración y distribuyeron alimentos, agua y hielo; sin embargo, para los residentes que, como él, no podían salir de sus viviendas, la ayuda estuvo a un mundo de distancia.
Las 10 personas cuyas muertes se relacionan con el calor tenían entre 60 y 70 años, y perecieron durante cuatro días, el último de los cuales fue el 5 de septiembre, una semana completa después de la tormenta, dijo el Times.
Aunque los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informan de menos de 700 muertes relacionadas con el calor al año en Estados Unidos, algunos estudios estiman que ocurren entre cinco mil y 12 mil.
El mes pasado, The New York Times reveló que, en la última semana de junio, debido a una ola de calor, perdieron la vida en Oregón y Washington cerca de 600 personas más de las que fallecen normalmente, una cifra que triplica los cálculos oficiales.
Ida tocó tierra en Luisiana el pasado 29 de agosto como un huracán categoría cuatro, 16 años después que el Katrina provocara la devastación en ese estado, en especial en Nueva Orleans, que fue inundada casi por completo tras la ruptura de sus diques.
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