Los extremistas de esta agrupación inscrita en la lista del terrorismo internacional, fueron trasladados en dos helicópteros para transporte de soldados a la base de Estados Unidos al sur de la ciudad de Shadadi, en la provincia nororiental de Hasakeh.
En esta base, según afirman activistas citados por el medio, los extremistas reciben entrenamiento para luego realizar operaciones que responden a los planes de Washington.
Agregaron que este grupo fue sacado de la prisión Nafkar controlada por la milicia separatista Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), apadrinada por Washington.
La mayoría de los radicales reubicados son de nacionalidad iraquí, saudita y tunecina, y entre ellos figuran cabecillas responsables del adoctrinamiento, las prisiones y la policía de esta agrupación.
El mando militar estadounidense trasladó en helicópteros durante los últimos meses a cientos de extremistas hacia sus bases establecidas ilegalmente cerca de los campos petroleros de Siria.
La misión de esos mercenarios, según denuncian las autoridades de Damasco, se centra en desestabilizar las zonas controladas por el gobierno al atacar unidades del ejército nacional, sus aliados y comunidades civiles, además de atentar contra las instalaciones petroleras.
El gobierno sirio denunció en varias ocasiones que Washington ofrece refugio y protección a los terroristas en sus bases donde los entrena y arma para utilizarlos al servicio de planes desestabilizadores.
Denunció en este sentido que los recientes ataques del Daesh contra militares y civiles en el desierto son planificados y facilitados por las fuerzas estadounidenses que les ofrecen armas e información de inteligencia con el fin de prolongar la guerra en esta nación del Levante.
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