Moreno, un exactor que cuenta con bastante apoyo popular, dijo que se sintió empujado a postularse no por una gran ambición sino por el lamentable estado del país.
En un discurso en una escuela pública en el barrio pobre cerca de donde creció, al que acudió junto a compañero de fórmula a la vicepresidencia, Willie Ong, el alcalde señaló que promovería la democracia si triunfa en las elecciones del 9 de mayo.
De una ciudad podrida y oprimida, Manila resurgió como una capital competitiva debido a la acción y la toma de decisiones rápida y no atascarse al desenterrar el equipaje pasado, aseguró.
Su trabajo de dos años en la principal ciudad del país es el aval del joven político de 47 años, en una carrera que no tiene claramente definidos ni siquiera sus competidores.
Al menos otros siete candidatos aparecen en el horizonte, incluido el vicepresidente Leni Robredo, quien lidera la oposición, la hija del actual mandatario Rodrigo Duterte, alcaldesa de su ciudad natal, y el hijo del difunto dictador Ferdinando Marcos.
Oficialmente se sumó en días recientes la estrella internacional del boxeo Manny Pacquiao, otro que cuenta con gran respaldo del público desde que asumió como senador.
En cualquier caso, el sucesor de Duterte heredará enormes problemas provocados por la pandemia, una economía maltrecha, una pobreza arraigada y décadas de insurgencia.
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