Hacemos una gran zanja con las retroexcavadoras y luego levantamos diques con la esperanza de reconducir el curso de las coladas de lava, explicó Jesús Madero, uno de los integrantes del cuerpo de bomberos en la isla La Palma, Canarias.
Es una operación con baja probabilidad de éxito, pero ya hemos conseguido salvar algunas viviendas, declaró Madero a medios locales, quien subrayó que se trata de un ‘gigante que va lento, pero con paso inexorable, es como Atila’.
El portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), David Calvo, detalló que en Islandia se han hecho barreras de contención, montículos de piedras de gran altura y anchura y se ha conseguido que, al menos, no baje por algunos valles poblados’.
De todas formas, admitió que se trata de una operación con muchas dificultades técnicas, ‘porque es luchar contra la naturaleza de tú a tú’.
El bombero Jesús Madero reconoció que muchos de los habitantes de la zona también le pedían intentar hacer algo para proteger el cementerio de Todoque. ‘Estamos aquí para ayudar a la gente, con todos nuestros esfuerzos’, dijo sin inmutarse a medios locales.
La tragedia de la erupción del volcán Cumbre Vieja, que comenzó el pasado domingo, dejó unas 200 casas devoradas por la lava y más de 150 hectáreas de sembradíos e infraestructuras severamente dañadas.
Este jueves el rey Felipe VI se trasladó hacia La Palma, lo mismo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien regresa de Nueva York tras una breve estancia para actividades en la Asamblea General de la ONU.
Ayer, el Ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática de España, Félix Bolaños, apuntó que se trabaja ya en un plan de reconstrucción para La Palma, el cual se implementará cuando finalice la erupción del volcán.
‘Estamos trabajando en la fase de lucha contra la emergencia, hay que pasar a una nueva fase que es la de reconstrucción en la que se abordarán medidas de todo tipo’, declaró Bolaños.
La emisión de material particulado desde que comenzaron las explosiones del volcán el pasado domingo, han incrementado el peligro en la zona, además del alto contenido de dióxido de azufre en la atmósfera, con peligro para la salud de las personas.
Predominan en el ambiente imágenes que asemejan a las fantasiosas películas de catastrofismo, con la diferencia sustancial de que estamos ante un poderoso grito de la naturaleza que ha cambiado la geografía de una apacible zona de España.
El río de lava del volcán de La Palma, que cuenta con una boca eruptiva más y está a punto de alcanzar el mar, no tiene todavía un pronóstico preciso de un final.
Ahora el magma avanza a 120 metros por hora aproximadamente. La buena noticia, si es que la hay, es que todos los análisis de la calidad del aire que la Unidad Militar de Emergencias está realizando dan resultados negativos.
El magma en desplazamiento cubre ya más de 166 hectáreas y ha destruido 350 inmuebles, según los últimos datos del sistema de observación terrestre europeo Copernicus.
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