Resultado de esa influencia se aprecia en Texas donde el gobernador y potencial candidato presidencial, Greg Abbott (r), avanza con una pesquisa de los resultados de los comicios en los cuatro condados más grandes de esa demarcación del sur tras la creciente presión del expresidente.
La acción en territorio texano se produce mientras Arizona publicó una esperada revisión electoral propia, que llevó a una creciente fricción dentro del Partido Republicano del estado y que finalmente encontró que Trump perdió ante el presidente Joe Biden por un margen aún mayor el año pasado.
Otros procesos recién iniciaron las autoridades en Pensilvania y Wisconsin, dirigidos por los republicanos en la legislatura estatal en estados que resultaron decisivos para que el exmandatario republicano no obtuviera la reelección.
Arizona dio a conocer esta semana que la investigación liderada por los rojos confirmó la victoria del aspirante demócrata. Biden ganó por un millón 40 mil 873 votos en el condado de Maricopa en noviembre, lo que supuso 99 votos más de los que mostraba la papeleta certificada en 2020.
Además, el escrutinio reveló que el total de votos de Trump bajó de 995 mil 665 a 995 mil 404, pero a pesar del fracaso el magnate sigue con su campaña de presión a otros estados para que realicen auditorías, alegando sus infundadas afirmaciones de que las elecciones presidenciales fueron fraudulentas.
Por otra parte, el movimiento ‘Stop the Steal’, afín al derrotado candidato presidencial de los rojos, sigue adelante, ignorando la humillación de Arizona
Medios como The New York Times al destacar el fracaso del expresidente indicaron que este trata de socavar la confianza en las elecciones estadounidenses y restringir el voto en futuros eventos.
Pese a que lideraron el fracasado intento en Arizona, algunas fuentes del entorno republicano dijeron que Arizona proporcionó combustible adicional para la mentira más antigua que ahora es central para la identidad política de Trump: que las elecciones de 2020 le fueron robadas, precisó el Times.
‘El informe filtrado muestra de manera concluyente que hubo suficientes votos fraudulentos, votos misteriosos y votos falsos para cambiar el resultado de las elecciones 4 o 5 veces’, reaccionó Trump al conocer los resultados en su contra.
Según el Times, el expresidente y sus aliados citaron una serie de estadísticas sorprendentes que, a primera vista, parecían reforzar sus argumentos, confiando en que sus partidarios no digerirían el documento de Arizona en su totalidad o no confiarían en los principales medios de comunicación que exponían su contenido completo.
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