En declaraciones recientes, el jefe de prensa presidencial, Dmitri Peskov, señaló que las acciones terroristas en la ciudad de Idlib constituyen un gran peligro para Siria, por lo que el asunto será parte de la agenda de la cumbre ruso-turca.
Advirtió que los desafíos en ese territorio interfieren con el proceso de reasentamiento en esa nación árabe y recordó que en los momentos más difíciles y peligrosos, ambos presidentes mostraron voluntad política y encontraron el potencial de negociación para lograr acuerdos.
Para Peskov, Putin y Erdogan ‘mantienen relaciones de confianza y trabajo muy buenas y con predisposición para entablar negociaciones serias’.
El portavoz del Kremlin explicó que el diálogo de este miércoles en ese balneario ruso a orillas del mar Negro incluirá también las relaciones bilaterales, la revisión de proyectos conjuntos en el campo de la economía y el comercio, de interés para ambas partes.
Moscú lamentó las palabras recientes del mandatario turco respecto a la reunificación de Crimea a Rusia, durante su intervención en el 76 período de sesiones de la Asamblea General.
Erdogan manifestó que Ankara considera ‘importante preservar la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, incluido el territorio de Crimea, cuya anexión no reconoce’.
En declaraciones a la prensa, Peskov admitió que su país, ‘por supuesto’, se consideró el destinatario de esas palabras.
No obstante, subrayó que Moscú preferiría centrarse ‘en un mayor desarrollo de nuestra relación bilateral y en la cooperación ante desafíos regionales muy candentes que se interponen entre nuestros países’.
El último encuentro de trabajo entre Putin y Erdogan tuvo lugar en marzo de 2020, en Moscú. En lo adelante, debido a la pandemia de Covid-19, los intercambios bilaterales fueron por teléfono o a través de videoconferencias.
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