El jefe de la delegación rusa en las conversaciones manifestó que existen discrepancias tanto en el ámbito conceptual como en el enfoque de elementos específicos de la política nuclear. Sin embargo, reconoció el interés mutuo por progresar.
En su opinión, tal disposición ‘nos permitirá, creo, determinar con mayor precisión los límites de lo posible e intentar, al menos, expandir gradualmente los puntos de contacto, que hasta ahora son extremadamente pocos’.
La primera subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, estuvo al frente de la delegación estadounidense en este segundo encuentro bilateral sobre el tema que tuvo lugar en la sede de la Organización de Naciones Unidas en esa ciudad suiza, indicó la agencia de noticias TASS.
Según el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Moscú y Washington avanzaron algunos aspectos para organizar su trabajo futuro en las consultas de este jueves.
Sin embargo, aclaró que en los intercambios sobre ciberseguridad el progreso es lento. ‘Pero esto, en sí mismo, también es bueno’, consideró, y puso como ejemplo que antes de la cumbre presidencial del 16 de junio en Ginebra ‘no existía un canal temático estructurado y formalizado’, indicó.
Recordó que tras el acuerdo alcanzado en la reunión entre el presidente Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, de brindarle atención priorizada al tema de la ciberseguridad, se formaron equipos de ambas partes para mantener contactos directos.
‘Hemos dicho antes y seguimos diciendo que el tema de este diálogo debe ser amplio y no reducirse a la cuestión de los ataques cibernéticos’, aclaró el funcionario.
Manifestó que el Kremlin no subestima este tema, ‘pero los especialistas también deberían poder hablar sobre otros asuntos serios y preocupantes, como el uso de Internet y las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) para influir de manera negativa en los sistemas que Rusia utilizó para garantizar las elecciones.
Riabkov expresó además las preocupaciones rusas sobre la nueva alianza de seguridad Aukus entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos, que prevé la transferencia de tecnología de propulsión nuclear a Australia para la construcción de al menos ocho submarinos nucleares.
En la reunión, ‘llamamos la atención sobre el hecho de que este tipo de acciones no encajan con el régimen de no proliferación, incluido su aspecto relacionado con garantizar la no desviación de material nuclear y las actividades nucleares de las necesidades pacíficas a las militares’, dijo.
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